El Sevilla recupera el orgullo

Pocas veces un empate sabe tan bien. Suena raro cuando pudo ser un triunfo y si significa decir prácticamente adiós a los octavos de Champions. El Sevilla necesitará una proeza para clasificarse pero en Dortmund logró un punto de esperanza que le mantiene tercero y sobre todo da un espaldarazo a su crecimiento, la prioridad ahora mismo para Sampaoli.

Cambió hasta siete piezas el técnico argentino respecto al equipo que presentó en su redebut. Como contra el Athletic, la puesta en escena fue muy buena. Intensísimos en la presión, sus pupilos salían vencedores de casi todos los duelos y sin pasarse en el reglamento: solo dos faltas en toda la primera mitad. El gol, en este caso, tampoco tardó en llegar.

Había creado el Dortmund muy poco peligro en la primera mitad, maniatado entre líneas por la defensa de cinco con la que sorprendía en el inicio Sampaoli. El Sevilla sólo recibía, de hecho, fuego propio: una mala salida de Marcao que Adeyemi, solo dentro del área, resolvió mal, y un despeje de Nianzou que Bono se vio obligado a despejar con sofoco. Pero los alemanes disponen de un futbolista diferencial que, sin hacer olvidar a Erling Haaland todavía, anda ocupando su papel decisivo y goleador a pesar de jugar en el centro del campo. Se llama Jude Bellingham y, más pronto que tarde, algún grande de Europa (Real Madrid, Bayern, United, Liverpool…) cerrará un banco y le incorporará a su plantilla. Bellingham inició una contra en el centro del campo y luego apareció por el balcón del área pequeña para rematar con destreza de 9. Y el balón entró tras rebotar en Nianzou (1-1, 35′).

Pidió la hora en el final de la primera mitad el Sevilla y resistió los envites más o menos organizados del Borussia tras la reanudación cuando Sampaoli decidía tocar alguna tecla con la inclusión de Januzaj e Isco, suplente por sorpresa. La entrada del fantasista malagueño le sentó de vicio a su equipo, capaz de volver a colonizar el área borusser. Faltó lo que también le está faltando y mucho al equipo de Nervión: acierto en el remate. Januzaj mandó al limbo un remate fácil y cercano y luego Lamela no fue capaz de esquivar al guardameta Kobel en un tiro a bocajarro, tras otro córner bien interpretado por titán Nianzou.

Sin fuelle casi ambos equipos tras una intensísima batalla, el cuarto de hora final transcurrió entre un quiero poco y puedo menos en el que Isco ni Bellngham encontraban los socios adecuados. Marcao ganaba tiempo al reloj con dos amagos de lesión. Habrá que ver de todas el estado del brasileño, que ha completado (a gran nivel) casi dos partidos completos después de muchos meses sin jugar. Sampaoli, que lleva dos amarillas en dos partidos, dejaba de desganitarse en la banda para poner un gesto pensativo pero satisfecho, cuando el serbio Jovanovic pitó el final. Y los 1.000 sevillistas que viajaron a Alemania celebraban entre la locura (hubo que lamentar algún altercado con los stewards) con orgullo. Por una vez, y esperan que a partir de ahora casi siempre, su equipo ha recuperado la dignidad.

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