El Valencia ha conseguido reducir su deuda a largo plazo de 392 a 375 millones de euros. También lo ha hecho a corto plazo, pasando de 213 a 179 millones. Aún así, el patrimonio neto del club sigue a la baja. De los 10,2 millones que debía en 2021, ha pasado a 8,03 en 2022.
Los valencianistas recogen pérdidas de 45,8 millones de euros en la temporada 21-22, y un presupuesto de 109,8 para la actual.
El Valencia ha superado la cifra más alta de pérdidas desde que Peter Lim fue el máximo accionista del club.
El Valencia mejoró sensiblemente su cifra de negocio en la temporada 2021/22 con respecto al ejercicio anterior. El club alcanzó unos ingresos de 109,6 millones (1,1 más que el anterior). Las principales razones de dicho incremento: la vuelta del público a los estadios tras la pandemia y la disputa de la final de Copa del Rey, que mejoró los ingresos por competiciones y venta de productos oficiales.
Por el contrario, los ingresos por retransmisión se redujeron en 12 millones. Nueve de ellos fueron fruto del ajuste de distribución de ingresos que se hizo en la temporada anterior por la pandemia, cuando los partidos de la temporada 2019/20 que se jugaron más allá del 30 de junio se incluyeron en las cuentas del ejercicio 20/21. No obstante, en lo que a reducción de los derechos de retransmisión se refiere, hay un dato a tener en cuenta: el Valencia percibió tres millones menos por audiencias y posición clasificatoria.
El Valencia, sus cuentas, apuntan que su deuda a corto y largo plazo asciende a 375 millones. Hace tres años, según se apunta desde la entidad de Mestalla, la deuda ascendía a 530 millones. En el último ejercicio, la deuda se ha reducido en 17 millones. La clave para el definitivo reajuste económico del club sigue siendo reanudar y acabar el Nuevo Estadio.