Se le podrá cuestionar su profesionalidad, su falta de entusiasmo y la facilidad que tiene para borrarse cuando cree la cosa no va con él, pero hay algo en Bale que es una verdad absoluta: es un jugador de grandes momentos. Ya sea en una final de Champions, en una Eurocopa o, ahora, en un Mundial.
Cuando el escenario es lo suficientemente grande, el galés tiene una facilidad pasmosa para pedir el foco y ser el protagonista. Sobre todo cuando lleva puesta la camiseta de Gales. La selección británica, que volvía a un Mundial después de 64 años, logró sacar un empate ante un rival, Estados Unidos, que fue bastante superior, pero al que le faltó contundencia. El tanto del empate, como no podía ser de otra forma, fue de Bale.
La presencia de Moore intimidó a unos EE UU que dio un pequeño paso atrás, conscientes de que necesitaban ayudarse unos a otros para contrarrestar al gigante galés. Pero a pesar del cambio, el equipo británico solo era capaz de asustar al norteamericano a balón parado. Pasados los 20 minutos del segundo tiempo, parecía que EE UU había aguantado el chaparrón y volvía controlar el partido, pero en una jugada aislada en el 81′ Bale volvió a demostrar que es un jugador de grandes citas. El exmadridista controló el balón en el área y fue arrollado por Zimmerman, que cometió penalti. El mismo Bale se encargó de transformarlo. No iba a dejar que ningún otro marcara el primer gol de Gales en un Mundial en 64 años. Y pudieron ser dos si en la última jugada del partido Acosta no lo hubiera derribado cuando se disponía a lanzar a 40 metros de una portería que Turner había dejado completamente abandonada.
Un gol que supuso su cuadragésimo segundo en 109 partidos con su selección,declaró que está “contento con el gol”, pero que “hubiese preferido los tres puntos”.
“Estábamos centrados en este partido, nada más. Ellos jugaron bien en la primera parte, así que nosotros tuvimos que cambiar un par de cosas en la segunda. Al final, es un buen punto”, opinó el astro galés, ganador de cinco Ligas de Campeones con el Real Madrid, antes de ganar hace un mes el campeonato norteamericano (MLS) con el Los Ángeles FC.