Primera sorpresa en la Copa de Italia. El Milan fue apeado de la competición en el día de su estreno, ante un Torino que aguantó con 10 jugadores desde el minuto 70 y conquistó una inesperada clasificación a cuartos en la prórroga. Fue un triunfo muy del estilo del ‘Toro’ y de su técnico, Ivan Juric, que brilla en las dificultades con organización e intensidad.
Con uno menos desde el minuto 70 y en San Siro, el Torino apeó de la Copa de Italia a un desdibujado e incapaz Milan (0-1) con una contra de libro en la segunda mitad de la prórroga que siembra las dudas en el campeón de la Serie A.
Saltó relajado a su estadio el conjunto milanista, falto de mordida en la presión, descolocado en ocasiones en las transiciones y sin una idea clara de ataque. Pioli dio descanso a los más habituales y cambió el esquema en favor de dos futbolistas que no suelen coincidir en el terreno de juego. Sin Leao, Giroud o Theo, el técnico ‘rossonero’ dio los mandos de la ofensiva a Brahim y a De Ketelaere, que fueron la referencia en ataque al no haber nueve puro.
Fue el español el que se echó a la espalda al equipo en la primera mitad -junto a Tonali, impecable en el centro del campo- bajando a recibir, apareciendo por banda y con diagonales que pusieron en aprietos la zaga de un Torino contemplativo que se benefició de la mala toma de decisiones del español -desacertado en la mayoría de ellas-, sin prisa por jugar, agazapado a la espera de una oportunidad que a la postre le llegó en la prórroga que no dejó escapar.
Sin embargo, pese a no estar muy participativo, todavía adaptándose a lo que le pide Pioli, fue De Ketelaere quien tuvo la más clara del primer acto con una peinada en un saque de esquina al primer palo que se topó con el poste ante la atenta mirada de Vanja Milinkovic-Savic, que se vio superado y sorprendido bajo palos por la trayectoria del remate del belga.
Lautaro, en la acción del gol del empate del Inter