La Roma no desaprovechó este domingo las derrotas de Milan e Inter y, con una solvente victoria ante el Udinese (3-0), se asentó en la zona de Liga de Campeones, tercero con cinco puntos de margen, en un partido que le sirvió además para recuperar sensaciones y preparar el decisivo duelo de este jueves ante el Feyenoord en Liga Europa.
A pesar de unas inevitables rotaciones (y con Dybala fuera de combate), los romanisti dieron señales positivas enseguida, logrando tras una media hora igualada el tanto que rompió el partido con la ayuda del VAR, que señaló una mano de Success. Cristante (y no Pellegrini, tras el error con el Feyenoord) se encargó del lanzamiento, pero, como su capitán el jueves, golpeó el poste. Allí, no obstante, apareció Bove, que anotó su primer tanto de la temporada y puso el partido cuesta abajo.
Belotti, en el comienzo de la segunda parte, cedió al mismo Pellegrini el balón del 2-0, que el italiano anotó recibiendo un pase vertical y ganando el mano a mano con Silvestri. El mediocampista había recibido una pancarta de apoyo en la Curva Sud y dejó atrás el penalti desperdiciado en Europa.
El Udinese quiso sumarse a esa fiesta de penas máximas falladas con Pereyra, que se presentó desde los once metros tras una mano de Mancini. Rui Patrício neutralizó su lanzamiento y, poco después, saltó al campo Abraham, que con un cabezazo perfecto a pase de Spinazzola anotó el 3-0 y dejó claro que la lesión en el hombro sufrida en Rotterdam quedó atrás. Una noche perfecta para Mou, que ahora puede centrarse en su nuevo intento de remontada europeo.