No pudo empezar peor el partido el submarino amarillo. El equipo era un manojo de nervios en cada aproximación del Sevilla, además de mostrarse inoperante cada vez que se le presentaba una oportunidad de réplica en ataque. Para más inri, Morales, una de sus mayores bazas ofensivas, se marchó lesionado a los 20 minutos.
Los ingredientes no eran adecuados, y derivaron en el primer gol hispalense. Este nació de una recuperación de Suso en el centro del campo, desde donde, aprovechando la pasividad de los ‘groguets’, comenzó a conducir en busca de la portería contraria. Una vez alcanzado su objetivo, cedió para Rafa Mir que, pese a encontrarse un poco escorado, fusiló de primeras a Pepe Reina.
El Villarreal necesitó verse por detrás en el marcador para reaccionar. Y de que manera lo hizo. Comandados por un insistente Lo Celso, comenzaron a buscar el empate con insistencia, y terminaron encontrándolo por mediación de Jackson. El senegalés se lanzó a ras de suelo para cazar un envío de Yeremy, pero la acción fue invalidada por fuera de juego.
Quedaba media hora. Se igualó el marcador y también el dominio y las ocasiones, aunque menos claras. Capoué puso a prueba el salto de Dmitrovic y Navas, el barniz en uno de los palos defendidos por Pepe Reina. Y parecía que todo iba a acabar en tablas cuando en el descuento, En-Nesyri se elevó hasta el cielo e hizo su cuarto gol en los últimos tres partidos, el 15º en un 2023 de ensueño para el delantero marroquí. Como lleva un abril de ensueño, gracias a Mendilibar, este nuevo Sevilla.