Como se sospechaba, el Madrid viajó a San Sebastián pero aterrizó en Sevilla. Hubo excepciones: el Tchouameni más entonado del año, el Carvajal de los mejores días, la buena voluntad de Rodrygo, la oscura eficiencia de Nacho, los guantes de hierro de Courtois. Los demás se tomaron el duelo como una visita guiada a Anoeta. Les sobró un partido que se llevó quien más lo necesitaba.
La Real puso el nervio, la intención y el gol que lo cambió todo, que fue una cortesía de Militao a Kubo. También tuvo a Silva, superviviente de aquella España imperial que lo fue, entre otros, por él. Los hay que corren más y casi ninguno que juegue mejor. La Champions le espera.
David Silva, centrocampista de la Real Sociedad, afirmó este martes, que para los realistas “cada partido es como una final” en su objetivo de clasificarse para la Liga de Campeones.
“Nosotros tenemos que seguir: cada partido para nosotros es como una final porque tenemos que conseguir la cuarta plaza y va a ser duro, pero vamos a seguir intentándolo”.
“Creo que hemos hecho un gran partido; hemos tenido mucha intensidad y, como dice (el madridista) Nacho (Fernández), hemos aprovechado las ocasiones y hemos tenido alguna más para hacer más y ellos se ha quedado con un menos también”, afirmó.