Tras el fiasco de la pasada temporada, el Atlético de Madrid buscaba un inicio de competición con mejores sensaciones y dar el primer paso hacia los octavos de final. Pero las fantasmas, a veces, son difíciles de espantar y el conjunto de Simeone vivió uno de esos finales que no se olvidan nunca. Provedel, portero de la Lazio que subió a rematar el último córner, marcó el gol del empate en el 94′. Surrealista.
Los últimos minutos los llenó Riquelme con su entrada, llenando de aroma de gran futbolista cada acción que intentaba, aunque fuese partiendo del carril izquierdo, y esa parada de Oblak a Cataldi con las uñas. Era el tiempo añadido. Córner. Provedel ha llegado ya al área de Oblak a ver qué caza, si caza. Hermoso despeja con el pecho y la pelota vuelve a Cataldi. Centro a Luis Alberto y un final escrito: Provedel se lanza sobre el cuero como un 9 para caer sobre el Cholo todo de amarillo. 1-1. Locura. Final, ya sí. El purito de antes, ahora, para el Atleti, un purazo.