El Rayo Vallecano arrancó un meritorio punto del Bernabéu dejando en blanco el casillero goleador del Real Madrid, que volvió a fallar en el remate. Fue el primer partido que los de Ancelotti no marcan, pero la dinámica realizadora de los blancos viene siendo limitada en la pegada esta temporada. Le falta un delantero centro que complete un ataque limitado en goles Un equipo que históricamente se hace fuerte en ataque, pero que ahora no supera los dos goles por partido en la Liga (1,91) ni en el global de los encuentros de esta temporada (1,93).
No marcó Bellingham y el Madrid perdió la cabeza. Lo uno lleva a lo otro en este equipo ultradependiente de los goles del inglés, que no vino para eso, que es más que eso y que no ha encontrado quien le releve en la suerte suprema. Hasta ahora no se ha visto auxiliado por Rodrygo, al que se le ha ido el gol al cielo, ni por Vinicius, que tras la lesión ha perdido superpoderes. Solo Joselu le ha echado una mano en los partidos de casa y esta vez se topó con un portero estupendo, Dimitrievski. A él le debe el Rayo el punto. El gran mérito de la Franja fue sobrevivir jugando a contraestilo, amurallado. El tamaño del rival y el resultado perdonan todos sus pecados ofensivos.
Antes de cumplirse diez minutos y sin otra alteración que un mano a mano de Valverde ante Dimitrievski que ganó el meta con peores cartas, al Bernabéu se le encogió el corazón. Bellingham en un exceso de celo, puso el pecho para interceptar un balón que era de Isi y en la zambullida estiró el hombro más de lo aconsejable. Dos minutos después, el inglés recuperaba su brazo y el estadio, el aliento. Es tal su influencia en el equipo que muchos con cláusula de mil millones parecen ahora gregarios a su servicio. Más tras su conciertazo ante los Rolling en Montjuïc.
Lo mejor del Madrid en el inicio del encuentro quedó concentrado en el fabuloso inglés, futbolista capaz de mudar la piel para lo que se le pida. Es la pluma y la espada.
Pese a no marcar, Bellingham fue el mejor de su equipo junto a Valverde, pero el inglés sufrió un problema serio en el hombro que redujo su influencia en ataque, donde Joselu volvió a tener siempre la escopeta cargada, pero sin pólvora.