Gris, sin florituras y efectivo arriba, la Juventus ganó 1-2 al Monza y de forma provisional ocupó la primera plaza de la Serie A gracias a las apariciones de Adrien Rabiot que rompieron el tedio y sacaron a su equipo de un lío tras jugar con fuego y casi quemarse.
El encuentro empezó fuerte gracias a una jugada de Cambiaso, que en el 10′ penetró en el área y fue tumbado por Kyriakopoulos. Fue penalti y Vlahovic, no obstante, confirmó desde los once metros que sigue estando lejos de su mejor estado de forma, desaprovechando tanto el lanzamiento como el rechace de Di Gregorio, que neutralizó sus dos intentos. El 0-1 llegó de todos modos poco después, con un cabezazo de Rabiot tras un córner.
La Juve hizo méritos para aumentar su ventaja, pero, como le ocurre a menudo, perdió casi totalmente fuelle en la segunda parte. Los de Palladino tomaron las riendas del encuentro, rozando el 70% de posesión en la reanudación, pero lo hicieron topándose con el típico catenaccio de Allegri, que reforzó la zaga con Danilo en el lugar del mediocampista Nicolussi Caviglia.
El asedio del Monza fue infructuoso hasta un descuento en el que pasó de todo. Carboni, delantero de 18 años cedido por el Inter, parecía haberle hecho un enorme favor a los nerazzurri con un centrochut que engañó a Szczesny y valió el 1-1 en el 91′.
La Juve reaccionó con el ímpetu que nunca tuvo tras el descanso, y consiguió el 1-2 decisivo en el 94′, cuando Rabiot encontró con un centro raso a Gatti, que falló el primer intento de remate y batió a Di Gregorio con el segundo, imparable. El gol del defensa selló un triunfo sobre la bocina muy importante: la Juve ahora marcha con un punto de ventaja sobre el Inter, que el domingo visitará al Nápoles, rival de los turineses en la próxima jornada. La pelea por el scudetto vivirá días fundamentales.