João Félix difícilmente encontrará un hábitat para progresar mejor que el que le ha creado a su medida el FC Barcelona. Con un presidente que le adora, un entrenador que le ha dado todas las oportunidades del mundo y una afición que le ha recibido con los brazos abiertos. Pero el jugador portugués lleva camino de no aprovechar esta nueva oportunidad en su carrera. Vuelve a estar bajo sospecha.
Joao Félix no estuvo nada inspirado en los 45 minutos más descuento en los que participó sobre el terreno de juego. Y es que, al descanso, en contra de lo que es habitual Xavi Hernández decidió tomar medidas y prescindir del futbolista luso para buscar la mayor profundidad de Ferran Torres por banda izquierda -tampoco saltó al campo Christensen, aunque el central danés en su descarga hay que recordar que acumulaba una tarjeta amarilla-. En lo que llevamos de temporada sí ha sido habitual este relevo, aunque casi siempre ha llegado en los últimos minutos de partido y producto del cansancio acumulado.
Hasta ese momento, el portugués exhibió un fútbol marcado por las imprecisiones en algunos controles de balón, poca fortuna en el uno contra uno y, lo que es más preocupante, malas decisiones a la hora de decidir cuándo había que encarar y cuándo tocaba prolongar el juego asociativo.
João llegó al Barcelona como una obsesión del presidente Laporta y eso, junto a su rendimiento en los primeros partidos que jugó, le auguraba un futuro feliz de blaugrana pero, a la larga, se están reproduciendo comportamientos ya habituales en otros equipos y João vuelve a estar bajo sospecha.