Riad volvió a ser el oasis que tanto perseguía el Barça de Xavi. Se viene un superclásico.
Al Barça le tocó masticar mucha arena contra Osasuna, trabajar desde la posesión y buscar espacios imposibles. Una tarea de pico y pala, sin alardes y desagradecido.
Es cierto que el planteamiento del rival fue defensivo y hubo que desgastar a los rojillos, como también que en todo el primer tiempo, los desmarques y el desequilibrio brillaron por su ausencia.
De golpe, el Barça encontró agua en el trayecto, Lewandowski recuperó su olfato goleador sin necesidad de acudir al punto de penalti y con el primer gol, se hizo la luz.
Merecidísimo que lo firmara el chaval, Lamine Yamal, tras culminar una muy buena acción colectiva del equipo de Xavi.
Aunque el MVP de la semifinal de la Supercopa contra Osasuna se le concedió al holandés Frenkie de Jong, Ilkay Gündogan dio un recital en el Al Awwal Stadium de Riad. Firmó unos números espectaculares. El alemán fue el futbolista que más ocasiones generó del Barça, seis, el doble que el mismo De Jong. Además, junto a Lewandowski fue quien más remató a puerta (2), el que más balones recuperó junto a Christensen (7), y el segundo que más pases completó en el último tercio del campo (22), pese a que jugó más retrasado que el resto de centrocampistas azulgrana.
Así, Gündogan se planta en la final en un momento aparentemente dulce y con la oportunidad de ganar su primer Clásico en partido oficial como jugador del Barça.