Atlético de Madrid y Sevilla se midieron hoy en los cuartos de final de la Copa del Rey.
Gil Manzano tenía el silbato en su mano para pitar el final, el Atleti ganaba 1-0, el Atleti estaba en la semifinal. Entonces Lamela se introducía en una última carrera desesperada en el área y Barrios le derribaba. Piii. El silbato que iba a marcar el final sonaría entonces a penalti. Si en ese momento el silencio se hubiese podido medir, en el Metropolitano hubiera pesado toneladas. Lejos, muy lejos, parecía ya ese doble cambio del Cholo que, de primeras, había sonado extrañísimo y, a la larga, había sido decisivo. El, quizá, último servicio de Correa a la rojiblanca. El gol de Memphis. El tener en la mano las semifinales.
Sin Barça y Real Madrid en la competición, se convierte en el favorito para hacerse con la Copa del Rey.