El Almería está condenado. Esta vez el foco no estuvo en el arbitraje, que pasó desapercibido más allá de la protesta inicial. No fue rival el equipo andaluz para el Alavés de Luis García, que ha cogido velocidad de crucero. A lomos de Samu Omorodion, los vitorianos borraron de un plumazo cualquier atisbo de esperanza rojiblanca. Dos cabalgadas y un zurdazo del poderoso ariete mandaron a la lona a los de Garitano, que volvieron a ser ese equipo timorato al que le cuesta un mundo marcar y da todas las facilidades en su área.
El Almería, en el minuto 9, tuvo ya el marcador en contra como consecuencia de una salida al contragolpe con balón de Carlos Vicente para Samu, que se fue en velocidad y encaró a Luis Maximiano para batirle por bajo.
Entró en precipitación la UD Almería, con la defensa situada casi en el centro del campo, ante un Alavés bien plantado en su parcela, sin dejar huecos por los que sufrir y, eso sí, saliendo a presionar la salida de balón rojiblanca, que tuvo dificultades para poder fabricar peligro.
En el segundo tiempo, el Alavés selló el triunfo con dos goles más. En el minuto 51, Luis Rioja hizo el 0-2 de penalti y en el 87, Samu Omorodion certificó su gran partido con otro tanto (0-3).