El Villarreal se despidió de la Liga Europa tras rozar la proeza ante el Olympique de Marsella, al que tuvo contra las cuerdas en los últimos minutos, pero un gol de Clauss en el descuento despertó al conjunto castellonense del sueño de una remontada que estuvo mucho más cerca de lo que se intuía.
El equipo de Marcelino, que debía levantar el 4-0 de la ida, firmó un gran partido, llegó a los últimos minutos con 3-0 en el marcador y tuvo varias ocasiones para haber forzado la prórroga, pero se encontró con un Pau López muy inspirado en la portería francesa.
Quedaban cuatro minutos más el descuento para que San Pascual Baylón, patrón de Vila-real, bajara a La Cerámica. La tuvo Morales, con un disparo que llevaba la palabra milagro escrita en el balón. Pero Pau se estiró todo lo que pudo y evitó el 4-0 que hubiera forzado la prórroga. Gerard también tuvo un cabezazo en el córner consiguiente. Pero el sueño lo cortó de raíz el de siempre. Aubameyang se inventó una jugada por línea de fondo, superó a Parejo, y su pase de la muerte lo encontró Clauss, que agradeció el regalo de Auba e hizo respirar a su equipo y a los 1.200 que habían venido de fiesta y casi se van de funeral.
Marcelino se fue a casa satisfecho.