La Juventus de Turín, sometido durante todo el partido, inferior en su propia casa, cedió este martes su invicto ante un ‘Stuttgart’ (0-1) que, aunque había errado un penalti en el minuto 86, certificó minutos después una victoria merecida, histórica al ser la primera tras 14 años sin jugar en ‘Champions’, fundamental para mantenerse con opciones de pelear por el ‘play-off’ a octavos de final.
Esta vez, con su portero suplente -el titular es Michele Di Gregorio- convertido en un muro gigante que repelió toda ofensiva del Stuttgart, desesperado, harto de ver como cada acción acababa en el limbo por culpa del meta italiano, la ‘Juve’ se refugió en un empate que desapareció de entre sus manos.
Porque después de sobrevivir a las ocasiones de Millot, al palo de Demirovic en la primera mitad, a la internada de Vagnoman y a los disparos de Undav, incluido uno que acabó en gol pero que el VAR anuló por mano previa, el gol del Stuttgart llegó de la manera más inesperada.
El ex del Atalanta El Bilal Touré recibió en el área siempre desde Millot, penetró hacia Perin y lo fulminó con un remate imparable. Fue el justo premio por el Stuttgart tras un partido totalmente dominado, que muestra también en Europa los defectos de una Juve aún en construcción.