Los éxitos colectivos de las RFEF, los seis finalistas al Balón de oro en hombres y las cinco candidatas al premio en mujeres retrotraen a la mejor época.
El 22 de junio de 2008 cambió la historia del fútbol español. En el momento en el que Cesc Fàbregas batió desde el punto de penalti a Buffon en el último lanzamiento de la tanda en los cuartos de final de la Eurocopa, cambió la suerte de la Selección y se inició una de las etapas más doradas de un país en un mismo deporte. Una etapa que, con sus altibajos, 16 años después sigue vigente. La prueba más clara es la reciente foto de Rodrigo Hernández y Aitana Bonmatí juntos posando con sus respectivos Balones de Oro. El segundo consecutivo para la barcelonista, el primero para el del City, que rompió una racha de 64 años sin que ningún futbolista español masculino lograse el galardón más prestigioso a nivel individual.
Los datos no engañan. No existe país en todo el mundo que durante tanto tiempo haya dominado el deporte rey en todas sus categorías, tanto en masculino como en femenino. Un éxito que se ha iconografiado en una sola foto, la que enmarca a Aitana Bonmatí y Rodrigo Hernández, líderes de un estilo, como los mejores futbolistas del mundo en el año 2024.
