EI comienzo de la era Mbappé en el Real Madrid es un círculo que parece interminable: goles en fuera de juego, ocasiones clarísimas estampadas contra el portero contrario y ver como una de sus armas, los penaltis, ahora le estallan en los bolsillos. Todo eso que venía cociéndose por separado en varios partidos, volvió a concentrarse en San Mamés.
Abrió el marcador en el minuto 13 pero ese gol fue anulado por Sánchez Martínez por fuera de juego tras ir a chequearlo extensivamente en el VAR. Una estampa, esa de ver a Mbappé chafado en la celebración por estar en posición ilegal, que desde el Clásico es un dèja vu. El segundo paso en la maldición en tres actos que arrastra el francés fue el de desperdiciar ocasiones que antes metía con los ojos cerrados.
Luego vino el drama del penalti, la tercera estación en el camino de cristales que viene pisando descalzo Mbappé. El 9 madridista cuando se inhibió de chutar el penalti contra el Getafe, la pelota le abrasó en las manos.
“Creí que repetiría el lugar donde lo tiró en Anfield”, confesó el portero tras el choque. La falta de confianza de Mbappé le vuelve vulnerable.