Endrick no deja pasar una

Hay un Madrid nada galáctico, pero que emociona a Ancelotti porque gratifica su trabajo. El que se vio en Anoeta. Con un once alternativo, se bajó a la obra, aguantó a la mejor Real posible, defendió el fuerte y se guardó un buen resultado para la vuelta.

El trabajo de Bellingham, el casi insólito espíritu de sacrificio del neocapitán Vinicius, la robustez de Fran García, la puntería de Endrick, la eficacia de los centrales, un soberbio Tchouameni incluido, o las manos prodigiosas del Lunin de Mánchester fueron las fortalezas blancas.

“Jugar aquí es difícil, pero hicimos lo que teníamos que hacer. Es un 0-1 bueno para nosotros porque tenemos la vuelta en nuestra casa y vamos a por la Copa”, comentó en Realmadrid TV. Endrick analizó su gol y lamentó haber errado una segunda ocasión, con un disparo fuerte que se fue al travesaño.

También hubo debilidades. La más notable, Arda Güler, cuyo duende se ha evaporado. A la Real hay que aplaudirle la actitud, pero le faltó un punto de arrojo para apretarle más las tuercas a un Madrid remendado, que miró más allá del partido y que acabó con diez por la lesión de Ceballos.

Aun así, estuvo cerca del empate. Y Sánchez Martínez, en un paisaje tan humeante, salió ileso y no dejó pasar los gritos ofensivos hacia Asencio. Sacó amarilla al público desde los videomarcadores.

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