El Real Madrid ha llegado a la final de la Copa del Rey después de pasar por todos los estados que, en la mayoría de los casos, habrían provocado una eliminación temprana.
Contra la Real Sociedad, el tercer equipo menos goleador de LaLiga, encajó cuatro tantos que llevaron a los de Ancelotti al límite y a una nueva prórroga. Como frente al Celta, en octavos, volvió salir cara para los blancos, que esperan rival, que saldrá del Atlético – Barça de este miércoles, para medirse en La Cartuja el 26 de abril.
Y ahí, otra vez sobre la bocina, con un cabezazo de Rüdiger, el hombre que le salvó en el Etihad y el Metropolitano, se metió en la final de Copa. Esto es el Madrid, el enemigo de la lógica, el novio de la épica. La emoción y el pase a la final no deben confundirle. No valdrá siempre jugar a ratos. No toda embestida tendrá su final feliz. La Real, sin cuajar el partido de 2020, lo tuvo y se le fue porque 120 minutos en este estadio se hacen extremadamente largos.