Amaneció soleado en Old Trafford. Día grande, día primaveral. Con las aficiones de ambos conjuntos tomando la ciudad, prácticamente disputándosela antes de que lo hiciesen sus equipos. Estos terminaron arruinando la jornada. La temporada se les está haciendo demasiado larga. United y City evidenciaron sus males.
Faltó creatividad, faltó brillo y faltó urgencia. Dos equipos sin ideas que acumularon medias ocasiones, intentos que jamás amenazaron con virar el rumbo del partido. Tampoco de decidirlo. Soporífero. El del domingo fue el derbi de los bostezos.
Para el duelo frente a los ‘red devils’, Pep Guardiola apostó, otra vez, por Matheus Nunes en el lateral. Una decisión que defendió después del partido: “Tiene unas habilidades increíbles y está aprendiendo mucho… los laterales siempre cometen un gran error, cuando cruzan al segundo palo, donde estás, siempre están dormidos. Y defendió muy bien dos o tres centros de Bruno Fernandes, de Dorgu. Tiene físico para hacerlo, sabe jugar en esa posición y ha ayudado mucho”, confesó.
Y el City se queda a expensas del Newcastle, que habiendo disputado dos partidos menos tiene la oportunidad de apear a los de Guardiola de los puestos Champions.