En cuestión de horas voló por los aires la entente verbal alcanzada entre la Confederação Brasileira de Futebol (CBF) y Carlo Ancelotti, que iba a convertirle en el primer seleccionador extranjero de toda la historia de la Seleção. El giro de guion, propio de un culebrón, fue inesperado.
Según fuentes cercanas a la operación indican que, más que un problema de fechas, todo apunta a un tema económico del que no quieren dar más detalles. A pesar del escollo, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) tiene fe de que la llegada del italiano aún pueda darse en los próximos días, pero por si acaso ya preparan un plan de contingencia: Jorge Jesus.
Otro de los puntos de fricción era la negativa de Ancelotti a residir en Brasil, argumentando los problemas de inseguridad que afectan a las grandes capitales del país. Carletto incluso llegó a poner el ejemplo de Lionel Scaloni, que, siendo seleccionador argentino, reside en el exterior (en su caso, en Mallorca). Para la CBF era inviable que el primer seleccionador extranjero no se estableciera en territorio brasileño durante su contrato.