Dolor y lágrimas. Muchas. El Betis regresó de Polonia de forma exprés durante la madrugada para digerir de la mejor forma posible su caída ante el Chelsea en la final de la Conference League. El golpe moral quedó reflejado en jugadores y dirección técnica al tiempo que un mensaje comenzó a estar presente: repetir una final europea lo antes posible. En Heliópolis no quieren que este paso histórico se quede en nada tras la caída en Breslavia. Adrián lo resumió de forma sencilla: “Esto sirve para crecer. Toca aprender”. Es la fórmula a la que se agarra el equipo con miras a su futuro.
El Betis ya había roto las páginas de su historia tras alcanzar la final del torneo continental. Nunca había estado en esta escena. La jugó con argumentos convincentes por momentos pero la terminó con la sensación de estar aún varios pasos por detrás de un rival como el que tuvo. El físico, la eficacia o simplemente las leyes del fútbol. “Estamos en deuda con la afición. Más pronto que tarde se la devolveremos”, aseveró Isco tras la derrota.
Más allá de la derrota, este duelo contra los ‘blues’ pudo ser la despedida de Antony con el cuadro andaluz. Y no fue el mejor adiós…
El extremo brasileño estuvo extrañamente apagado a lo largo de todo el partido. No supo desbordar a un Marc Cucurella que completó una excelente actuación defensiva y, además, tampoco encontró el acierto en los metros finales para ser determinante.