Ser del Manchester United es un deporte de riesgo

Si ser aficionado de un club de fútbol fuese un deporte, seguir al Manchester United sería, sin duda, un deporte de riesgo. El equipo de Rubén Amorim empezó su partido contra el Bournemouth de manera espectacular, firmando el mejor arranque de la temporada en cuanto a intensidad y ocasiones.

Unas buenas sensaciones que se mantuvieron hasta el descanso, con el 2-1 de Casemiro en el tiempo añadido, y que se desvanecieron en el arranque del segundo tiempo: a los cinco minutos, el equipo de Andoni Iraola se adelantaba en el marcador (2-3), aprovechando la vulnerabilidad del conjunto mancuniano. Y si pensaban que eso iba a ser todo, es que no han visto demasiados partidos del United esta temporada. Bruno Fernandes igualó con un golazo de falta y Cunha provocó el éxtasis en Old Trafford sesenta segundos después, mientras el cuadro visitante aún pensaba en el 3-3. Pero el Bournemouth no estaba muerto: Kroupi Jr. marcó el 4-4 y volvió a silenciar el estadio en el enésimo cambio de guion. Bendita locura.

El que casi acabó noqueado fue el United, que no se quedó sin sumar gracias a un pie salvador de Lammens en el 90+5 y a otra mano milagrosa en el 90+9. El equipo ‘red devil’ encadena cuatro partidos sin perder; el Bournemouth, siete sin ganar. Premier League en estado puro.

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