Pedro Porro, con un derechazo descomunal que se coló por la misma escuadra, derribó el muro que había tejido Kompany. El Tottenham inclinó el partido hacia un solo dado y se dio de cabeza durante más de 70 minutos contra una defensa que apenas permitió pases interiores. Sin embargo, el carrilero español se sacó un latigazo desde fuera del área para darle al Tottenham el más que merecido billete en el tramo final. Por la mínima, pero vale igual.
Un Tottenham dominador pero mínimamente dañino fue incapaz de hincarle el diente a los ‘clarets’ durante los primeros 45 minutos. En el primer partido sin Heung-min Son, Yves Bissouma ni Pape Matar Sarr, que estarán un mes fuera de los planes de Ange Postecoglou por la disputa de las Copas de Asia y África, Giovani Lo Celso ejerció como director de orquesta en los ‘spurs’.
Aunque el conjunto local llegó y generó más peligro que los pupilos de Vincent Kompany, el Burnley, en el único disparo que realizaron entre palos durante el primer tiempo, gozó de la mejor ocasión. Zeki Amdouni mandó al limbo una grandísima ocasión desde el interior del área. El cuadro londinense, a la par que el ritmo del partido, se fue diluyendo hasta el pitido del colegiado.
Los pupilos de Ange Postecoglou reclamaron hasta dos penaltis, pero no les hicieron falta. En la noche de Reyes, la magia, y también la potencia, las puso Pedro Porro. No se lo pensó dos veces el lateral español de los ‘spurs’ tras recuperar el balón en campo contrario y armar la pierna desde la frontal del área. Un zapatazo descomunal de Pedro Porro ponía por delante al Tottenham en el marcador a los 78 minutos de partido. Un golazo que hasta el propio jugador celebraba sorprendido y que permitía, junto con las últimas ocasiones falladas por los ‘clarets’ en los compases finales del encuentro, lograr el pase a la siguiente ronda.