En la Champions no importa el cómo, sino el qué. Y el Real Madrid se lo sabe de memoria. Sobrevivir, resistir, aguantar, subsistir, perdurar. Elijan el que quieran, cualquier verbo se ajusta al ejercicio de resiliencia del ejército de Ancelotti en el Etihad. Sin parangón.
Hasta 33 remates hizo el gigante mancuniano, 24 desde dentro del área, frente a ocho. El City completó más pases en el último tercio (459) que el Madrid en total (458). También vapulearon en centros: 31 a 8. Y en intervenciones en área rival: 88 a 12. Y en saques de esquina: 18 a 1. Y en posesión: 67,2% a 32,8%. Pero no en goles (1-1). Tampoco en penaltis (3-4). La pena máxima fue para Guardiola después de un milagro, uno más, que rozó lo sobrenatural. El partido de los imposibles.
¿El mejor resumen? El de Carletto: “El Madrid nunca muere”.
Entre los ocho partidos de la eliminatoria se marcaron 32 tantos (cuatro por duelo), la mayor cantidad de la historia de la Champions League en esta ronda. Todo apuntaba a que antes de disputarse los últimos dos cruces, el Bayern de Múnich-Arsenal y el Manchester City-Real Madrid, se conseguiría romper la barrera que se estableció en los cuartos de final de la temporada 2003/04.
El pasado martes se alcanzó la cifra de 29 dianas, con el 4-2 que firmaron Borussia Dortmund y Atlético de Madrid en el Signal Iduna Park y el 1-4 que le endosó el PSG al Barcelona en Montjuïc. El 1-0 de los de Tuchel a los de Arteta en el Allianz y el 1-1 en el Etihad, que sirvió a los de Ancelotti para eliminar a los de Guardiola, estableció el récord en 32 tantos, superando los 30 que se registraron la temporada 2003/04.