Se repite mucho en el mundo del fútbol, casi como un mantra, eso de que las individualidades te pueden llevar a ganar partidos sueltos, pero que son las plantillas las que ganan campeonatos. Topicazos, sí, pero que el fondo tienen su razón de ser.
Lo sabe Diego Pablo Simeone, firme defensor públicamente de esa idea, y que este miércoles, en la práctica, demostró que no lo hace de cara a la galería. Ante el Elche y en octavos de la Copa del Rey, el técnico argentino dio entrada los teóricos suplentes del Atlético, que saltaron al Martínez Valero dispuestos a convencer a su entrenador que están preparados para aportar y ser útiles en el tramo decisivo de la temporada. Y lo hicieron, firmando una convincente victoria, y ya van 15 seguidas, que permitió al equipo rojiblanco sellar su presencia en cuartos de final.
Nunca es tarde y Roro siempre es bien. Con el 0-3 Simeone se permitió dar minutos a jugadores que los necesitan (Lemar y Reinildo) y descanso a algunos cargados (Barrios, Grizi y Galán). El partido ya parecía un entrenamiento. El Elche se había bajado tras la expulsión y el Atleti dominaba hasta sin querer, al trantrán. Julián hacía el 0-4 después de que San Román palmeara un centro de De Paul y le dejara la pelota muerta para que redondeara la muesca del Martínez Valero. De camino a la sala de prensa, Simeone ya se podía permitir cambiar su palabra favorita. Ya no es Elche, ahora es Lega. De la Copa a la Liga. Y a seguir sumando.
