No fue el mejor Bayern, pero le bastó para sumar tres puntos vitales para continuar dominando la Bundesliga. Los goles de Harry Kane, por partida doble, y Leroy Sané tumbaron al Werder Bremen (3-0), en un partido muy espeso de los locales.
A pesar de las ausencias por sanción de Friedl y Stark en el centro de la zaga, el Bremen se presentó muy sólido en defensa y anuló prácticamente por completo el poderío ofensivo de un Bayern mandón, pero con escasa creatividad en los metros finales. El que más cerca estuvo de decantar la balanza a favor de los muniqueses en los primeros 45 minutos fue Kane, pero el cabezazo del kíller inglés a centro de Boey se marchó fuera rozando el palo. Fue lo más reseñable por parte de los bávaros antes de pasar por vestuarios.
Pero la cosa cambió en la segunda mitad. El Bayern regresó al terreno de juego con un cuchillo entre los dientes, embotelló a los nortealemanes en su área y obtuvo la recompensa a los once minutos del segundo período. Justo después de que un misil de Kane desde la frontal hiciera temblar el travesaño del marco protegido por Zetterer, el colegiado señaló al punto de penalti tras una mano de Jung y, esta vez, Harry no perdonó. En el tramo final del choque, Sané y Kane, de nuevo desde los once metros, sentenciaron el partido y aseguraron tres puntos de oro más a los suyos.