Haaland mete los goles, pero Mbappé ríe el último

Pudo ser una sinfonía incompleta, pero Bellingham la terminó en el descuento. El Madrid levantó por las solapas a un equipo de Guardiola como no se había visto antes, diga lo que diga el marcador final, aunque sea este el que decidirá quién sale vivo de este dramático playoff.

Probablemente porque la Champions le devolvió el sentido de la responsabilidad, quizá porque también se puede defender bien llenando la cesta de galácticos, el equipo de Ancelotti coleccionó oportunidades para pasar una vuelta tranquila. Le faltó puntería y le sobró Ederson, que compensó con sus errores finales todos sus aciertos del principio. Rodrygo y Vinicius no encontraron freno, Mbappé dio la noche a los centrales del City, el mejor Bellingham reapareció tras el descanso, Asencio llegó novato y vuelve veterano, Valverde vale para cualquier cosa. Incluso la victoria mínima en el descuento, después de veinte disparos, pareció poca cosa.

Erling Haaland acabó con su maldición ante el Real Madrid, pero quien rió el último en la ida del ‘play-off’ por los octavos de final de la Liga de Campeones fue Kylian Mbappé, que acabó celebrando el postrero gol de Bellingham enfundado en su abrigo en una nube de jugadores madridistas.

Son los dos reyes del fútbol, los jugadores llamados a tomar el testigo de Cristiano Ronaldo y Messi, por lo que su duelo siempre llega rodeado de un halo especial. Más aún si se atiende a la terrorífica estadística que el noruego presentaba ante los ‘Blancos’: ni un solo gol en cuatro partidos frente a ellos.

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