Ancelotti lleva meses preocupado por la fragilidad defensiva del equipo. Se ha centrado en transmitir a sus jugadores esas carencias y la necesidad de que deben concienciarse de que defender es responsabilidad de todos. Un objetivo que empieza a dar resultados en los últimos partidos, sobre todo en los tres de Liga en los que ha dejado su portería a cero. A cambio, ha marcado un gol en cada partido, suficiente para ganar, pero una cifra pírrica para el gran potencial ofensivo que tienen.Mbappé viajaba. Fue la noticia de la convocatoria. Encabezó la expedición blanca rumbo a Sevilla. Porque su tobillo, maltrecho desde la vuelta contra el Arsenal, progresa. Adecuada, pero no totalmente. En el penúltimo ensayo (el jueves), el tobillo le seguía doliendo, forzándole unas leves molestias. Se prefirió no forzar. Y ahí está el quid. Se probó en el último ensayo en Madrid antes de viajar, pero el polvorín arbitral no le dejó hacerlo en La Cartuja. Y las sensaciones no fueron del todo halagüeñas. Mejores, pero no plenas. E internamente no hay seguridad total respecto a su alineación de inicio. Una duda más que razonable a 24 horas el silbatazo. Se probará una última vez, en la mañana del duelo, y ahí decidirá. Duda hasta el final… en la final.
Si finalmente puede ser de la partida, será una nueva prueba de fuego. Una enorme para el francés, señalado por más que sus grises actuaciones ante el Atlético de Madrid y Arsenal en Champions y en los dos duelos precedentes ante los azulgrana.